Al igual que Daniel, también estamos llamados a participar espiritualmente en la arena oculta del conflicto. Pablo dijo que entramos en la lucha libre, pero peleamos con armas espirituales (2 Corintios 10:3-5). La batalla es del Señor, pero Él nos llama a asociarnos con Él en el proceso. Una iglesia que ora es lo único que puede impactar esa dimensión invisible.
Pablo le escribió a su hijo espiritual Timoteo y lo animó a pelear una buena batalla de fe mientras se aferraba a las promesas proféticas (1 Timoteo 1:18).Luego, inmediatamente exhortó a la iglesia a orar sus oraciones peligrosas y extenderlas sobre asuntos nacionales. Ante todo, exhorto, pues, a que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los pueblos, por los reyes y por todos los que ocupan altos cargos... (1 Timoteo 2:1-2)
La verdadera naturaleza de la intercesión es el sacrificio. Vale la pena destacar que existe una gran diferencia entre los "guerreros de oración" y los "intercesores". Los guerreros de oración pueden orar con gran devoción e intensidad y, sin embargo, retirarse antes de terminar el trabajo. Más Sin embargo, los intercesores asumen la responsabilidad de llevar a cabo la misión, sin importar cuánto tiempo tome. Hallelujah!
La Iglesia de hoy debe hacerse honestamente las siguientes preguntas: “Cuánto terreno nos ha robado el enemigo? A cuánto hemos renunciado al descuidar y muchas veces a ignorar el ministerio de la intercesión prevaleciente?”
Todos necesitamos tener una visión de los propósitos y voluntad de nuestro Señor que sea más grande que nuestros propios destinos y vidas personales. Por eso hoy te exhorto a aceptar la invitación del Señor, del Rey para luchar para que Sus sueños se lleven a cabo en la tierra. Toda la gloria a Su nombre!!
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